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Había llegado a mi vida demasiado tarde y ahora se iba demasiado pronto ... Hush Hush

lunes, 4 de enero de 2010

Las sabanas de satín negro



Siempre he sentido una extraña atracción, por las sabanas de satín negro en mi mente atolondrada gozan de una morbosa curiosidad... debe ser porque siempre leo historias donde aquellas sabanas terminan envueltas en tormentosos amores o trágicos asesinatos.
Hoy quiero compartir una historia relativa al tema
Una noche Rossali Rosse caminaba apresurada por la vereda norte de su calle, siempre suele regresar a casa por la sur, ya que es exactamente en la que se encuentra su edificio, pero esta noche un grupo de hombres oscuros de presencia penetrante ocupaban gran parte de ella.
Rossali atemorisada apresuro sus pasos, algo en su corazón le decía que esos hombres significaban problemas el sudor frió corría a través de su espalda, sentía un miedo inexplicable, para alguien como ella que era una agente super entrenada de la fuerza secreta de su país, para las personas como ella el miedo no existía, pero eso no cubría esta noche. Mientras imaginaba maneras de inmovilizar a cerca de 15 hombres que se encontraban en la vereda contraria, bueno ella pensaba que eran hombres, francamente el volumen de su masa corpórea era demasiado grande para ser mujeres, aunque ella misma media mucho mas que el promedio femenino puede que estuviese comentiendo algún error, pero no tenia tiempo para seguir calculando, decidió que la mejor opción era llegar rápido a su departamento y encender el televisor, quizás luego entrenaría un poco eso siempre le ayudaba con las subidas de adrenalina y llamaría a John su voz podía calmarla hasta en las mas terribles situaciones, no por nada Jhon era su hermano mellizo.

Al llegar a la entrada de su departamento noto que el grupo de hombres caminaba en su dirección, pero su paso no era alterado si no mas bien formaban parte de una procesión, se disgusto con si misma por ver maldad en aquellos tipos, y subió por el ascensor, no solía hacerlo siempre subía por las escaleras al quinto piso donde estaba su departamento, pero hoy a pesar de que los tipos no la seguían, aun sentía esa extraña sensación de sudor frió en su dorso, mientras mas rápido una ducha fría pensó, mejor.

Acaba de cerrar la puerta, dejo sus sandalias en la alfombra sintió el frió cálido de su cerámica y camino hacia el baño cuando sonó el citofono, cada centímetro de su cuerpo se erizo.

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